jueves, 19 de abril de 2012

Armando, el Samurai de Villa Libertad

ARMANDO, EL SAMURAI DE VILLA LIBERTAD

EL SUPER DEPO

Aquel mediodía de 1993 el sol se mostraba pleno en el cielo, y el viento heavie de siempre se había transformado en una brisa lenta.
Comencé a caminar, como era mi costumbre, hacia el rio negro, tratando de encontrar una explicación a no sé qué dilema que me venía perturbando desde mi llegada a Viedma.
Había escuchado por radio que el súper depo, Deportivo Patagones, jugaba de local ese día, era bueno lo que se hablaba de ese equipo…
Recuerdo llegar al catamarán que me cruzaría al otro lado del rio a la ciudad que yo veía desde esta orilla y que de tanto en tanto visitaba, atraído por las antiguas casonas y sus calles con inclinaciones casi surrealistas.
Una vez llegado a la cancha vi que no era muy complejo saltar el alambrado trepándome primero a un gran árbol, lo frio de la tarde y un resbalón dada la escasa suela de mis zapatillas hizo que me resienta de un viejo desgarro en mi pierna izquierda, por lo que entre a la cancha con los pocos pesos que tenia intactos pero con una ligera renguera.
Me ubique en la tribunita lateral, un relator un tanto corto de vista se quejaba de lo pequeño de los números del equipo visitante, así que colabore con su trabajo diciéndole que numero tenía en su casaca el jugador que llevaba la pelota.
El súper depo era un gran equipo, con tres delanteros muy rápidos…
Gano el partido pero no brillo demasiado esa tarde…

EL VIEJO SILBADOR
Volví a cruzar el rio en el catamarán, la barcaza producía sobre el lomo del oscuro torrente lentos acurruques…
Una vez llegado a la otra orilla, me senté a observar como el rio se volvía cada más oscuro.
La tarde llegaba a su fin, el domingo se volvía noche…
Desde atrás de un resquebrajado barco abandonado, un hombre viejo se acercaba silbando un lento tango…
Hola, me dijo, te veo cara conocida… ¿puede ser del bar que está cerca del cementerio?
Así es, respondí, suelo pasar a tomar algo de tanto en tanto…
Si, no son muchos los pibes que se sientan en esas viejas sillas, por eso te recuerdo… ¿y qué andas haciendo por acá?
Fui a ver al depo, y me quede a ver caer la tarde…
Ah, dijo el viejo, el futbol… yo después de verlo jugar al samurái Armando nunca más me intereso…

EL SAMURAI ARMANDO
_ ¿el samurái Armando?...
_ si, nunca escuchaste hablar de él?... era mejor que Maradona… el crack de Villa Libertad… llego un día a la villa, se pasaba horas sentado quieto, sin hacer nada… decía que había compartido caminos con un viejo samurái que andaba por la zona de la cordillera, por Villa Pehuenia, creo… parece que los samurái fueron los guerreros más letales de la historia de la humanidad, basaban su poder en la contemplación de la belleza, de ese vacío se nutrían de poderes… sin vacio previo no hay lugar para lo creativo, solía decir el samurái Armando, y no decía mucho mas… acostumbraba responder como los maestros Zen, todas sus respuestas tenían cierto grado de desorientación, una verdadera respuesta siempre debe aportar una nueva perspectiva, decía… cuando le preguntaba porque estaba horas quieto citaba a Lao Tze, el que conoce a los demás es inteligente, el que se conoce a sí mismo es sabio… jamás falló un tiro libre… había aprendido que el tiempo no existe, que solo existe el aquí y ahora, por ende no tenía miedo ni sentía la presión… su mente se aquietaba y era infalible… jugaba con mucha liviandad, no perdía energías por tener la mente confusa, se lo veía muy armónico… si… el samurái Armando fue el mejor jugador de futbol de la historia… pero solo jugaba por jugar, lo que realmente lo tenía atrapado era la pintura… decía estar buscando el color del tiempo que no existe… la última vez que lo vi iba rio abajo, en una barcaza pequeña… me dijo que se iba a vivir a orillas del mar, que ya había descubierto el color del tiempo que no existe, cuando le pregunte qué color era levanto un cuadro y me lo mostro desde lejos… a la pucha¡¡¡ ya es tarde, se me va el bondi, cuando andes por el bar la seguimos…
El viejo se alejo silbando ese viejo tango lento, su figura y el domingo casi noche parecían hechas la una para el otro…

EL COLOR DEL TIEMPO QUE NO EXISTE
El color del tiempo que no existe…
Debe ser de una belleza inigualable…
¿Será como este rio?
¿o será incoloro?
¿Estará en algún lugar de este planeta?
¿O estará dentro de uno, cuando se logra olvidar el tiempo y simplemente se vive de instante a instante, como vive este rio que corre mientras los hombres sin respuestas nos sentamos a su orilla en busca de cosas que quizás ni siquiera existan?

por Hernán Nikolaus

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